Google y UNICEF realizaron una consulta a chicos y chicas de entre 14 y 19 años para conocer qué piensan y cómo se adaptaron a la educación a distancia en el marco de la cuarentena.
Ante la pregunta por el regreso a las aulas (¿Cuántas ganas tenés de volver a la escuela de forma presencial?) generó amplio consenso. El 55% de los chicos y las chicas consultadas manifestó que tiene “muchas ganas” de regresar, el 17% tiene “ganas” y 13% “algo de ganas”, frente a un 15% que se mostró más reticente.
Los chicos y las chicas imaginan un mundo post- COVID en el que las tecnologías se quedan en la escuela: el 65% cree que, al volver a la presencialidad, el uso de nuevas tecnologías se fomentará más que antes del aislamiento. Uno de cada cuatro jóvenes respondió que antes de la pandemia “ninguno de sus profesores y profesoras usaba tecnología”.
Otro de los temas relevados es el grado de contención y acompañamiento que sintieron en estos meses. El 57% de los consultados manifestó sentirse “acompañado” o “muy acompañado” por su familia y la escuela frente al 43% restante que indicó sentirse “poco” o “nada acompañado”. Un 14% de los encuestados valoró que muchos profesores y profesoras se hayan contactado para preguntarles cómo se sentían.
En esa misma dirección, el 36% destacó el trabajo de adaptación de los docentes a esta nueva forma de dar clases y otro 17% resaltó los esfuerzos que hacen para “mantenerlos enganchados” en las materias.
La consulta también buscó conocer lo que las y los estudiantes destacan de la experiencia de estudiar desde sus casas. Más de la mitad, resaltó la posibilidad de manejar horarios flexibles y un 21% ponderó el uso de recursos digitales como videos, presentaciones y aplicaciones web que no se utilizaban en la modalidad presencial.
En relación a lo que menos les gusta, destacaron el hecho de que el contacto sea exclusivamente virtual con sus compañeros y compañeras (39%) o con sus docentes (22%), poniendo en valor la importancia del trabajo interpersonal y presencial con sus pares y profesores.
Debido a las medidas de aislamiento tuvieron que adaptarse de manera repentina a una nueva forma de estudiar y de conectarse con los demás, en una edad en la que el contacto con sus pares y las rutinas escolares son fundamentales para su desarrollo. Un 27% de los jóvenes respondió que pudo incorporar la rutina de la educación a distancia “casi de inmediato”, un 29% lo pudo hacer, “pero le llevó tiempo”, otro 11% identificó que también lo logró pero que le demandó “mucho tiempo” y un 33% consideró que todavía no cree haberla incorporado.
Además, se buscó profundizar sobre qué fue lo que más los sorprendió de la escuela a distancia. Entre las respuestas se destacaron los beneficios de la tecnología y de esta nueva metodología de aprendizaje y enseñanza: “El comprender que la educación puede darse de diversas formas”, “Que hayamos estado tanto tiempo sin incorporar la tecnología como herramienta de aprendizaje”, “Toda la tecnología que uso ahora y que antes no pensé que supiera usarla” y “Que puedo tener mis horarios para hacer las actividades”.
Conclusiones
“El coronavirus impactó fuertemente en los chicos, las chicas y adolescentes. Si bien no es una población tan vulnerable frente al virus como los adultos mayores, el COVID-19 modificó aspectos centrales de su vida como la educación y en sus emociones. Sobre estos temas, que los afectan en forma directa, tienen derecho a expresar sus opiniones y a ser escuchados por las personas adultas de su entorno cercano, de la comunidad que los rodea y al más alto nivel político, por tomadores de decisión”
“En este tiempo, hemos escuchado a autoridades, maestros, expertos en educación, padres y madres hablar sobre cómo impactó la virtualidad en la educación. Nos dimos cuenta, sin embargo, de que faltaba una voz clave: la de los y las adolescentes. Por eso, decidimos darles la palabra, para que puedan expresarse y contar sus experiencias”, comentó, en la misma línea, Florencia Sabatini, Gerente de Comunicación de Google Argentina.
“Estos datos suman las voces de los estudiantes, sin desconocer que una gran proporción de chicos y chicas tienen dificultades para acceder a los recursos tecnológicos para llevar adelante procesos de aprendizajes mediados por tecnologías. Será clave avanzar en la agenda para cerrar las brechas de inequidad existentes en esta materia, y avanzar en las propuestas que desde la mirada de los jóvenes encuentran aceptación y relevancia al tiempo que acompañar y apoyar el trabajo de los y las docentes ”, concluyó Cora Steinberg, Especialista en Educación de UNICEF.